OLISQUEANDO AUSTRALIA

¡¡En Australia sin problemas!! Después de pelearnos con la Visa pudimos coger el vuelo.


Nos habían contado que Australia era carísimo (damos fe) y por eso compramos en el Dutty Free de China tres cartones de tabaco, los mismos que nos quitaron nada más llegar a la aduana de Sydney... aunque nos comentaron que nos los devolverían el día que saliéramos de allí.

Al llegar llamamos por teléfono a Palmira, una amiga de Paty del cole. Quedamos con ella y todas juntas nos fuimos directamente a su casa. Una casa enorme en la que vive compartiéndola con quince personas más y la casera... encantadora... que se llamaba igual que la vaca que ríe, Mirka. Allí dejamos las maletas y nos pegamos un duchazo, hacía un calor tremendo. Quedamos con su hermano Cesar y su novia Ana y nos fuimos a pasar el día a Harbour Bridge


Cenamos unos sandwiches de 10$ nada más y nada menos y nos tomamos unas copichuleas. Terminamos la noche en un bar con música en directo, bailes y cerve. Antes de irnos a casa tuvimos que hacer parada en el Hungry Jacks; es el nombre que le han puesto los del Burguer King a su propio establecimiento porque el nombre ya estaba cogido. Vuelta a casa en el bus y a dormir.


A la mañana siguiente nos fuimos con Max, un peruano compi de Palm, a hacer la compra porque aunque el tiempo no acompañaba era Noche Buena. Compramos comida para hacer una barbacoa por la noche y alucinamos con los precios de todo y más con el alcohol. Para que os hagais una idea una botella de ron nos costó 48$!! De ahí nos volvimos a casa y nos quedamos en el jardín de Palm contándonos mil aventuras unos a otros. Ya llegó la hora de empezar a preparar todo y nos fuimos juntando en la casa poco a poco. Cenamos como reyes, en la terraza de la casa de Palm, un poquito de inglés y muchas risas. La chocolate como no, nos dió la cena y fue el centro de atención contándonos sus historias de lo que le gustaban los chicos sexys ¡¡que pesadilla de mujer!! Cuando terminamos la cenita nos fuimos a Bondi Junction a echarnos unos bailes. 
Fuimos todos los españoles, Max y la vaca cheka (Mirka) a un bar muy chulo. Todos preferimos quedarnos en la zona de aire libre para seguir charlando, escuchando música, haciédonos unas fotillos y conociendo gente ya que dentro hacía mucho calor, pero Mirka con su obsesión por los chicos sexys se fue con su radar en busca y captura, al ver que no había hombretones que estuviera a su altura (...) decidió cambiarse de sitio e intentar movernos a todos!! Nosotros estábamos encantandos así que cabreada como una mona se tuvo que ir sola. La noche estuvo muy divertida pero el bar emepzó a cerrar así que buscamos otro garito para poder terminar de darlo todo.



Nos hablaron de un after, pero la verdad es que no nos hablaron demasiado bien y con las mismas nos cogimos el bus y nos fuimos para casa. Nos comimos al llegar una habmburguesa buenísima con lo que había sobrado de la barbacoa y a dormir. 

A la mañana sigunete era ¡¡Navidad!! Con el coche de Max nos fuimos a la playa de Bondi Beach.




Una pasada de playa, igual que en la tele, gente joven, agua azul, arena blanca, cesped con barbacoa, surferos rubios... y allí nos quedamos tomando el solecito. El sol de allí es muy peligroso, no te venden protección menor de factor 30 porque abrasa. Era curioso que siendo Navidad estuvieran todos con sus gorros de Papá Noel, de Mamá Noel, disfrazados de reno, de regalo y todos con el bikini puesto a 35º en plena playa. ¡La verdad es que disfrutamos de una navidad diferente! 












Es típico de allí hacer barbacoa en día de Navidad. Así que en cuanto llegaron Palm y Marisa no ibamos a ser menos. Nos fuimos a la zona de las barbacoas a comer. Conocimos a una panda de españoles, que nos regalaron sus chorizitos fritos ¡¡que buenos!! y a un catalán encantador y muy guapo, todo hay que decirlo.







Sobre las 20:00h se fue todo el mundo con el que estábamos y sólo nos quedamos Marisa, Palm, Paty y Ele. Nos fuimos a buscar un bar para tomarnos algo pero sólo estaban abiertos los restaurante así que si queríamos tomarnos algo también teníamos que pedirnos algo para comer. Ni siquiera encontramos un kiosco o unos chinos, nada. No nos lo podíamos creer, el día de Navidad, las 20:00h de la noche y tooooodo cerrado, ¿que os parece? 
Decidimos ir a dar una vuelta a ver que encontábamos por allí y acabamos sentadas en el cesped charlando. No tardamos ni diez minutos para que apareciaran unos chicos Irlandeses e italianos con un carro lleno de cervezas y muy buen rollo. Era el día de Navidad pero acabó como si hubieran venido los Reyes Magos! 






Nos contaron que el día despúes de Navidad iba mucha gente a ver las carreras de caballos y nos invitaron a ir con ellos. Todo sonaba muy bien, entrada gratuita con pasaporte extranjero, comida, bebida, apuestas, el único fallo es que había que ir de etiqueta y no sabíamos muy bien si ir con las chanclas de la playa o con las zapatillas de caminar... 
La noche se fué animando, nos invitaron a todas las cervezas del mundo, empezamos a cantar canciones cada uno en su idioma y nosotras les deleitamos con unas rumbitas. 
Decidimos irnos para casa y nos colamos en el bus, claro que si.

A la mañana siguiente hicimos las cosas bien hechas. Llenamos nuestra neverita portatil de cerves y nos fuimos con un sol enormes directas a la playa. Pero cuando estábamos llegando a Bondi empezó a diluviar... cambio de planes. 
Las cerves se quedaron en el coche y nosotros nos metimos en un bar al que solíamos ir bastante en primera línea de playa. 
Llegaron también Cesar, Ana y un amigo italiano de Palm. Encantador, nos invitó a su casa a tomar algo y la verdad es que estuvimos muy agusto. 


Nosotras estuvimos decidiendo que hacer esa noche. Eran las 04:00h de la mañana y la casera (Mirka) nos había dicho que ya no podíamos dormir allí. De todas formas teníamos que ir a la casa para recoger las maletas. Nos fuimos con Max de vuelta y al entrar encontramos a un tio más raro que ná, bailando sólo en el jarín de la casa, tomando vino, con la camiseta llena de mierda y preguntándonos que quién eramos. ¡¡Pero cómo que quiénes somos...¡¡ ¿quién eres tu chalao?

Cada uno se fue a su habitación a dormir y nosotras nos metimos en una que quedaba vacia para organizar un poco la maleta, porque muy ordenadas no es que seamos la verdad... 
Esa habitación estaba reservada para un chico que venía esa misma mañana a vivir con ellos. 
Paty se fue al baño y Ele se quedó terminando de guardar las cosas. En esto que apareció la Chocolate histérica perdida en la habitación. Paty la oyó pero se quedó escondida en el baño para que no la vieran pero a Ele la pilló de pleno. 
Loca perdía  empezó a gritar diciendo que nos teníamos que ir de allí corriendo, que iba a llegar la otra persona, que porque estábamos en la casa si ella nos había dicho que no podíamos, exagerado vamos, exagerado!!
"Milka que te tranquilices coño, que te tranquilices"
Ele se fue a buscar a Paty que seguía escondida y nos fuimos con la maleta y sin dormir al aeropuerto a buscar a nuestro amigo Eudald que llegaba ese mismo día a las 09:00h de la mañana. 
Muertas de sueño buscamos un trozo de papel grande a modo de pancarta y escribimos "¡¡¡¡CATALUFO BIENVENIDO A AUSTRALIA!!!! DESPIÉRTANOS" 
Paty se lo enganchó de la cabeza con una pincita y nos quedamos fritas una encima de la otra con las maletas en los pies. 
Imposible dormirse... Al ratito llegó el Catalán, muy buen rollo!! 
Y nos pusimos manos a la obra a buscar un coche de alquiler para poder hacer nuestro tour por Australia. 
Millones de personas en los mostradores de alquiler así que pasó lo que tenía toda la pinta de que fuese a pasar, no teníamos coche. Hasta el día siguiente por la mañana nos teníamos que buscar la vida. 
Decidimos dejar las maletas en las taquillas del aeropuerto e irnos a pasar el día la playa. Nos cogimos un tren hasta Bondi Juncktion y caminando llegamos a la playa, no sin antes pararnos en el super para comprarnos algo de comer y que?? Unas cerves por supuesto. Tuvimos la mala suerte de que hacía un día super feo, nublado y bastante viento así que nos fuimos a unas casetillas a charlar como locos.




Y nos hicimos amigos de tres tíos que estában bastante perdidos...  Cuando ya el viento no nos dejó quedarnos por allí, acabamos en nuestro bar de siempre. Cenamos en un restaurante tailandes unos nuddles buenísimos y nos cogimos el último tren para ir al aeropuerto, pero resutó que teníamos que hacer trasbordo y con las horas que eran no nos dio tiempo a pillarlo.
Nos bajamos en la parada que supuestamente nos dejaba más cerca del aeropuerto para ir caminando hasta allí. Nada menos que a cuatro horas caminando por calles y carreteras de madrugada, todo vacio y lo más importante ¡¡sin dormir!! Pero la verdad es que lo pasamos genial. Ninguno de los tres puso mala cara, ni un enfado, ni un cansancio, sólo risas y creer que nos estaban vacilando. Durante dos de las cuatro horas veíamos el aeropuerto a nuestro lado, pero era imposible encontrar la puerta principal. 
Llegamos por fin y nos fuimos directos a los sillones a descansar un ratillo que estábamos realmente agotados e hicimos tiempo hasta las 07:00h que por fin nos dieron el coche. 


Estaba genial, era automático, muy grande y súper cómodo. 



Así lo queríamos ya que iba a ser nuestra casa durante los 12 días siguientes. Lo primero que hicimos fue ir al super y comprar provisiones: Bimbo, "Jamón", queso y cervezas (BJQC). Ésta a sido nuestra alimentación durante un mes aunque algunos días nos dabamos un buen festín a base de sandwiches de atún y sardinas!!! Sin olvidarnos por supuesto de la M de Mc´Donalds que la veíamos por todas partes y la Z de nuestro famoso zumo de cebada. 
Y con el coche preparado nos fuimos a  nuestro primer destino, Wollongong. Vimos el faro y Eudald nos dio un paseo romántico por la playa... siempre tan detallista. 






Fuimos a cenar al único restaurante que estaba abierto y nos comimos una pizza. Bueno Eudald se comió la de Ele... él siempre se pedía una cosa y terminaba comiendose la de otro. 
Y después de cenar fuimos en busca de un bar pero estaba ya todo cerrado y eso que eran las 22:30h de la noche. Así que decidimos cogernos las cerves que habíamos comprado en el super e irnos a la playa a ver las estrellas. 
La verdad que estando los tres no necesitábamos a nadie más, de charleta y millones de risas.




Nos fuimos a dormir a nuestra casa-coche, así que decidimos dónde queríamos ponerla. 
Pimera línea de playa, cocina americana, baños a tres metros, playa privada a cincuenta... perfecto. Y decidimos como acoplarnos en "nuestras camas" aunque en realidad era lo de menos ya que llevábamos 48h sin dormir no sin antes conocer diferentes tipos de animales, como el animal-bolsa, una especie de zorro blanco que caminaba para alante y para atras, corría, medio volaba y cuando le echamos valor para ver que era aquello, resultó ser una bolsa de plástico que se movía con el viento y como a los niños chicos nos dió la risa. Por fin caímos y dormimos como hacía tiempo!! 

A la mañana siguiente nos despertó un sol abrasador, ya que en Australia amanece sobre las 05:15h de la mañana y calienta como si fuesen ya las 12:00h del mediodía así que metidos en el coche los tres era imposible estar allí mucho más rato. 
Nos acercamos a un Centro Comercial para comprarnos un móvil australiano, ya que así las llamadas nos salían más baratas y en la tienda nos atendió un chico que por nuestro acento fluido se dió cuenta de que éramos españoles. 
Resultó que él era de Santander y nos aconsejó sobre los sitios que podíamos ir a visitar. Descartamos algunos sitios y decidimos tirar para Melbourne
Una de las paradas que queríamos hacer era a un pueblecito que se llamaba Edén y de repente nos dimos cuenta de que no teníamos gasolina. Resulta que en Australia cierran las gasolineras a las 19:00h de la tarde. Nos metimos en el primer pueblo que vimos y encontramos a unos chicos a los que les preguntamos que cuanto quedaba para llegar a Edén. Resultó que estábamos allí, ¡¡genial!! Así que allí nos quedamos aparcados eso sí, en una calle residencial. Fuimos a cenar otra vez a una pizzería. Allí nos dimos cuenta de que en Australia no tienen comida típica si no que comen siempre comida rápida, de ahí tanta pizza. Si quisiéramos comer en condiciones, tendríamos que ir a un restaurante y nuestra economía no estaba para eso. 
Allí conocimos a un australiano cocido como una mona pero muy salado y nos comentó que no merecía la pena ir hasta Melbourne porque lo bonito de Australia eran las playas, no las ciudades. Después de hablar con él nos fuimos en busca de un bar y otra vez todo cerrado así que vuelta al coche y nos montamos nuestra fiesta privada. 
Pero de repente empezaron los sustos... la calle no tenía luz y esa noche no había luna, eso si las estrellas estaban preciosas. Y no sabemos porque, pero empezó a pasar mucha gente extraña. Aparecieron un grupo de seis tios enormes que se pararon al lado de nuestros coche. Nosotros nos quedamos super quietos para que no nos oyeran ni nos vieran y los tios cogen y se ponen a mirar las estrellas, Casiopea, la Osa Mayor... manda huevos!! Nosotros tres asustados y ellos en plan astrofísicos. Cuando ya por fin se nos pasó el susto, Ele se asomó por la ventanilla cerrada y vió la cara de un señor y pensó "que mal aspecto tengo" cuando nos llamó por la ventanilla nosotras dos estábamos acojonadas pero Eudald se saco los calzoncillos con la "S" por fuera y salió a hablar con él. 
Resultó que el hombre malvado era encantador y sólo quería saber si necesitábamos algo, si estábamos perdidos. 
Vuelta al coche los tres otra vez, más risas y relax de nuevo. Y "PÚM" alguien nos tira una piedra al coche o no, nos dan un golpe en el techo o no, no sabemos muy bien que fué porque los cristales estában empañados y no veíamos nada así que muertos de miedo decidimos irnos a dormir para ver que pasaba al día siguiente. 


Vuelve a despertarnos el sol abrasador y nos vamos a desayunar a un bar en el que conocimos a un Argentino y una Noruega que vivían en Sydney y encantadores nos ofrecieron su casa para pasar allí fín de año. 
Después de desayunar nos fuimos a ver las famosas playas de Edén y la verdad es que se estába increible. Nos quedamos medio fritos. El primero en caer fué el Catalán (como siempre), le intentamos escribir con crema "Yo soy Español" pero el jodío se desperto con el "Yo so" y esperó pacientemente para escribirnos "Catalanas". Paty se dió cuenta pero Ele no, así que cuando se despertó tenía escrito en la pierna "CAT" y lo llevó escrito durante el resto del día. 
Esto fué sumando puntos para una revancha mayor...










Duchazo en los baños públicos, arreglo del maletro por parte de las chicas, el Catalán con su esquina perfecta, colocada, limpia, sus cosas dobladas, tremendo. 
Y de allí nos fuimos parando de playa en playa, cada una más bonita que la anterior. ¡¡Y vimos un montón de canguros!! 
Pero por la noche los pobres son como los conejos, cuando ven una luz se quedan parados así que una noche casi atropellamos a uno. 
Paradita en el super para hacer nuestra compra habitual (BJQC) y nos fuimos a Pebbly Beach, un parque natural al que queríamos entrar pero era muy de noche y la verdad que el camino parecía de película de terror. 


No se veía el cielo por la cantidad de vegetación, un camino de cabras eterno ya que teníamos que ir a 15km/h, luces de linternas al fondo y cuando llegamos decidimos cual era el mejor sitio para dormir. 
Quisimos bajar a investigar pero entre el frío, los ruidos y la oscuridad preferimos quedarnos dentro. 
Allí de charleta, Paty empezó a contar todas las historias y películas de miedo que se le venían a la cabeza y entre conversación y conversación volvimos a escuchar el "PUM". 
Otra vez sin saber que era aquello decidimos dormirnos y que fuese lo que dios quisiera. 
Unas horas después, cuando amaneció, un tía idiota que aparecio con cara de vinagre nos llamó a la ventanilla para que bajáramos. Bajó el Catalán y que mal desertar! Al parecer habíamos aparcado en una zona protegida y tuvimos que pagar 37$ cada uno por haber dormido allí. ¡¡Alucinante!! Eso si, al haberlo pagado pudimos disfrutar de una playa espectacular. 
Nos contaron que allí van los canguros al amanecer a bañarse, vimos tiburones, un montón de loros, un lagarto enorme y dimos un paseo por el paraje. 








Vuelta al coche y como era 31 de diciembre decidimos empezar el fin de año con energía. 
Nos bebimos unas cerves, al coche y a pasar el día a una playita en la que nos cobraron 10$ por entar. 
Mereció la pena porque era preciosa, comimos y nos fuimos a echar una sistecita como campeones. 
Vuelta al coche y corriendo a Sydney para ver los fuegos. 
Llamamos a Palm para juntarnos con ella pero al final decidimos hacer planes separados. Ella pasó la noche en la playa, nosotros en Harbour Bridge. Llegamos tardísimo así que desesperados buscamos aparcamiento. Imposible. Estaba todo lleno, calles cortadas, pilicías por tdas partes y desesperados metimos el coche en un parking... 20$ la hora!!! 
Llegamos corriendo a la zona de los fuegos y nada más llegar empezaron las luces. ¡¡Precioso!! 








Cuando acabaron, nosotros pensábamos que los australianos ese día serían más divertidos pero no. 
Nos contaron que nada más terminar los fuegos se va todo el mundo a dormir. 
Nosotros logicamente entre que no nos mete en casa ni dios y que además no teníamos casa, sacamos corriendo el coche del parking barato y nos fuimos a la playa para juntarnos con Palm. 
De camino entre que no conocíamos las calles y que aquello estaba petado de gente preguntamos a una pareja para que nos indicaran y resultó que ellos también iban en la misma dirección que nosotros. Se metieron en el coche y nos llevaron, imposible llegar si no fuera por ellos. 
El chico, guapísimo, era igual que MC Hammer y ella, loca perdía nos invitaron a subir a su casa de la playa, a comer pizza y a beber unas cerves. 
Un comienzo de año muy chulo la verdad y ya nosotros tres juntitos otra vez (no pudimos coincidir con Palm) cogimos nuestras botellas y a disfrutar del primer amanecer del año. 


Nos subimos a unas rocas para poder verlo mejor que nadie y efectivamente fue increíbe. Las fotos lo dicen todo. 






Decidimos llamar a nuestras casas a las 09:00h de la mañana, ya que en España eran las 12:00h y nos fuimos a dormir a la playa, antes por supuesto cayó un desayuno del Mc´Donalds. 
Eudald prefirió quedarse en el coche y nosotras nos fuimos a la playa. ¡¡Qué calor!! 
Tuvimos que cambiarnos de sitio dos o tres veces y al cabo de unas horas fuimos a buscar al tercero por si había muerto. Nos dió muy buen rollo verle vivito y coleando, ni desidratado, ni nada así que nos metimos en el coche y siguiente parada, Blue Mountains. Llegamos de noche pero nos dió tiempo a hacer parada en el super para comprar unas cerves. 
Aparcamos donde buenamente pudimos y nos salimos a tomar las cerves en una parada de autobús. 
Por la mañana el sol intentó matarnos de nuevo y nos dimos cuenta de que teníamos 765 avispas en cada ventanilla por lo que aguantamos como campeones los 59º que había allí dentro. 
De allí hicimos una excursión para ver las Three Sister
Un paseito de unas 2h muy guay entre la naturaleza y vimos a las tres hermanas famosas.
















Vuelta al coche para comer y nos fuimos camino de New Casttle. Necesitábamos cargar todos los móviles y las cámaras de fotos ya que llevabamos un montón de días sin comunicarnos con el mundo y entramos en un Centro Comercial para hacerlo. 
Cuándo les estábamos robando toda la electricidad posible vino un guardia y nos dijo "fuera" que ya estaban cerrando. 
Queríamos salir de fiesta y echarnos unos bailes, pero entre que los garitos eran carísimos (sin consumición por supuesto) y que había una cola tremenda, cambiamos garito por playa y cerves. 
Empezó a llover y nos volvimos a encerrar en el coche. Eudald se fué a llamar por teléfono y nosotras nos quedamos haciendo chorradas, a escribir el nombre de todas las cerves que nos habíamos bebido con los pies, a cantar canciones de Disney... y cuando Eudald volvió de la cabina, intentamos entre los tres arreglar el mundo. 
Por la mañana nos dimos nuestro duchazo en los baños e hicimos un poquito de turismo. Vimos el faro, las playitas y el pueblecillo. 


Cambio de ciudad, Croffs Harbour. Nada más llegar nos fuimos a un parquecito a comer. Vimos una carpa con música, con un montón de gente y cuando leimos la pancarta que tenían nos dimos cuenta de que era una Asociación Cristiana. 
También oímos música a lo lejos y nos acercamos pensando que había un conciertillo o alguna fiesta y resultó que era una feria con cacharritos. Dimos una vuelta por los coches de choque, la tómbola y el tren de la bruja y a la playa a terminar el día. 
Una noche espectacular, con unas estrellas brillantes, brillantes, arena fina, escuchando las olas... una buena manera de irnos a la "cama".

Al despertar nos fuimos a la playa pero el viento no nos dejó estar mucho rato así que acabamos al lado de la carpa cristiana. 
Se nos fueron acercando de uno en uno para ofrecernos café, coca cola y conversación. 
A Eudald le consiguieron convertir al Cristianismo, eso o que como daban café gratis disfruto de poder beberlo sin pagar una millonada. A nosotras nos vinieron a buscar un par de veces para contarnos lo maravilloso que era Dios y bla, bla, bla. 
La verdad es que la chica era encantadora pero estábamos muy bien como estábamos. 






Vuelta al coche para llegar a Byron Bay, una playa de la que nos habían hablado súper bien y efectivamente fue una pasada quedarnos allí. 
Nada más llegar preguntamos a unos chicos para que nos indicaran dónde podíamos dejar el coche. Ellos se subieron con nosotros y además de decirnos un buen sitio para dormir, nos llevaron a un bar en el que había música en directo, un ambiente super chulo y una gente muy, muy guapa. Una pasada la verdad. 
Acabamos la noche en casa de un grupo de colegas encantadores. Nos dieron a probar una bebida explosiva que llevaba de todo pero que estaba buenísima y allí nos quedamos de charleta hablando con ellos y contándonos lo estrictas que eran las leyes en cuanto a todo. Empezando por la velocidad al conducir y acabando por la tasa de alcohol; das positivo en el control de alcoholemia con 0,003º!! Teníamos pensado seguir recorriendo Australia pero nos gustó tanto aquel sitio que decidimos quedarnos en aquellas playas los dos últimos días. 








Por la mañana nos fuimos a disfrutar de la playa y estuvimos encantadas con las vistas en general. Nos dimos nuestro duchazo de rigor y nos acercamos a un pueblecito que quedaba a 1h, Nimbin. Es un lugar muy famoso porque es el único pueblo donde la Marihuana es legal. Así que todo en aquel lugar era para hacer fotos y quedarte como loca mirando sobretodo El Museo de la Marihuana, donde era una locura ver la decoración y la gente que vivía allí.




























Vuelta a la playa, aunque no pudimos aprovecharla porque empezó a llover, así que nos quedamos en el coche encerrados, eso si entre la música y la conversación lo pasamos genial. 


A la mañana siguiente fuimos a visitar este pueblo que era precioso. Un ambiente super hippy, con millones de pintadas, la gente con un rollo muy bueno, un montón de furgos pintadas e hicimos un montón de fotos aunque lo que nos hubiera encantado habría sido quedarnos allí un par de días más.








Volvimos al coche y nos pusimos vuelta a Sydney. Hicimos parada en Foster, para descansar un ratillo. 
Cenamos en un chino y aunque fueran las 18:00h de la tarde tuvimos que pedirlo para llevar porque estaban cerrando. 
Nos fuimos a la playita que había unas mesitas de madera preparadas para nosotros. 
Cenamos super agusto y empezaron a llegar una serie de personajes para darnos la bienvenida al pueblo. Dos chicas un tanto extrañas contándonos su historia de amor, su acompañante borrachito que si hacían competi no sabemos cual de los tres estaba más tronado y una araña del tamaño de una mano, marrón, llena de pelos que nos hizo irnos de allí corriendo. 
Empezó a llover y nos dimos cuenta de que estábamos siendo mucho más rápidos que las inundaciones que llegaron a Australia dos dís después de irnos. Unas cerves y a dormir.


Por la mañana nos pegamos un madrugón porque necesitábamos devolver el coche en Sydney antes de las 14:30h. 
Llegamos al aeropuerto a tiempo pero decidimos quedarnos con el coche un día más y nos fuimos a Banksia a recoger a Pal y a Marisa en su casa. Fue imposible llegar. Un camino de 30 min se nos convirtió en 2h de desesperación. 
Menos mal que en Australia la gente es encantadora y un señor nos llevó desde su coche. 
Recogimos a las chicas y nos fuimos a Bondi Beach al bar de siempre a tomarnos algo y a contarlas nuestras historietas. De vuelta al coche nos tomamos unas copitas de ron y caímos fulminadas del palizón que llevábamos encima. 


Por la mañana cuando nos levantamos buscamos un hostel porque ya si que teníamos que devolver el coche. Encontramos uno que estaba muy bien, dejamos las maletas y nos fuimos a devolver el coche.




La vuelta la hicimos en tren e hicimos parada en el super. Llegamos al hostel, comimos, nos tomamos unas cerves y al ver que teníamos camas en condiciones caímos rendidos.




Al día siguiente decidimos ver Sydney con tranquilidad. 
Visitamos el Garden Botanic. Nos encantó. Vimos millones de murciélagos, de pájaros, de patos, de árboles de todos los tamaños y colores. 
También nos subimos a un edificio desde el que pudimos ver toda la ciudad desde arriba y acabamos la noche en Darling Harbour en una de las terracitas tomándonos algo. 
Empezó a llover y decidimos irnos al hostel.


A la mañana siguiente volvimos a Darling Harbour para verlo de día y alucinamos con el Opera House. 












Dimos un paseito por allí y nos compramos un pase de día en ferry. Como podíamos cogernos todos los ferrys que quisiéramos, vimos toda la ciudad pero esta vez desde el agua.












Paramos en un super para comprar provisiones y nos pegamos una buena fiesta de despedida. Hicimos una competi para ver quien de nosotros aguantaba más y por supuesto, ganó España-5 Barcelona-0. Él durmió en la cama de arriba y dejó la mano colgando. ¡¡¡¡A quién se le ocurre estando con nosotras en la cama de abajo hacer eso!!!!
Así que por el CAT que nos pusiste en la playa, por la independencia de Cataluña, por el fútbol y por las estadísticas inventadas, tuvimos que coger el pintauñas negro y disfrutar pintándole cada uno de sus cinco deditos. 




Por la mañana, una hora más tarde, teníamos que dejar el hostel. Eudald bajó a recepción a preguntar si nos dejaban quedarnos un ratillo más y al ir al baño a hacer pis notó que esa mano no era suya!!
Decidimos dejar las maletas en el hostel e irnos a descansar a la playa. 
Volvimos a por la maletas y la tía de recepción nos regaño diciendo que teníamos que pagar una noche más por haber fumado en la habitación. Nosotros la tuvimos que explicar que fumamos porque el olor a pies que había nada más entrar era insoportable (cierto como la vida misma). No se si la convencimos pero no tuvimos que pagar más. 


Cargaditos con nuestras maletas nos fuimos a Banksia a despedirnos de Palm, Marisa y Max. Nos despedimos tomándonos unas cerves con ellos y Max nos llevó en coche al aeropuerto. 
Al parecer llegamos tarde y la de facturación nos dijo que nuestro vuelo ya estaba "close" y que teníamos que pagar nose cuanto dolares para viajar al día siguiente. 
Al final salió todo bien. Nos dejaron entrar en el vuelo y nos despedimos del Catalán que se quedaba un día más. 
Corriendo con nuestro pase de emergencia pudimos coger el vuelo rumbo a Nueva Zelanda.   


La verdad es que fuimos corriendo a todas partes, pero es cierto que gracias a  eso pudimos hacernos 3320km en 15 días y ver millones de lugares espectaculares.